Capilla de los Condestables

 

La  Capilla de los Condestables es, sin duda, la capilla más espectacular de la catedral de Burgos. Ciertamente una auténtica catedral dentro de la Catedral. También conocida como la capilla de la Purificación de la Virgen. Como resultado del trabajo de los mejores artistas de la época, tenemos uno de los mejores ámbitos funerarios de España. Puede que la más destacada capilla del siglo XV en Europa.

Lleva el nombre de sus promotores: los Condestables de Castilla,  Pedro Fernández de Velasco y su esposa Mencía de Mendoza. Mencía era hija del poeta don Íñigo López de Mendoza y hermana del Cardenal Mendoza.

Fue sobre todo ella, ante las largas ausencias del Condestable, la encargada  de la administración de sus bienes y rentas y de la complicada negociación para lograr convertir la capilla central de la girola en su recinto funerario y de la marcha de las obras de la misma.

Se levantó sobre una anterior dedicada a San Pedro y sobre las ruinas de un antiguo solar de viviendas. También fue ella la que eligió como arquitecto a Simón de Colonia. Simón había heredado el cargo de maestro de la catedral de su padre, Juan de Colonia. La construcción se inició en 1482 y en 1494 ya estaba cerrada la espectacular bóveda.

La capilla tiene planta hexagonal en su base y octogonal en la parte alta. Sobre ella, se construye una deslumbrante bóveda calada y acristalada en forma de estrella. Crea una mágica luz cenital que inunda el espacio. El autor de esta bóveda, Simón de Colonia, creó una auténtica fábula de piedra calada, expresión suma del gótico flamígero.

En 1517 Francisco de Colonia añadió la sacristía en la que destaca la portada.

A los pies de la escalera de acceso al presbiterio están las estatuas yacentes de los fundadores, los condestables. Están talladas en mármol de Carrara. Posiblemente obra de Felipe de Vigarny. Justo debajo de estas esculturas hay una pequeña cripta donde yacen  sus restos mortales.

RETABLOS

La capilla se enriquece con tres retablos extraordinarios. En el central, renacentista, destaca el grupo de la Purificación de María y Presentación de Jesús. Obra de Diego de Siloé y Felipe de Vigarny. Este retablo supone la introducción en Castilla de la imaginería de tamaño natural y de una novedosa estructura arquitectónica. Cuenta con predela con los relieves de la Anunciación, la Visitación y la Natividad. Las dos últimas adscritas a Diego de Siloé. A continuación, un primer cuerpo aloja una gran escena de Presentación en el Templo. Está situada bajo dosel y con un aspecto muy teatral.

El retablo de San Pedro, patrón del Condestable, está en al lado del Evangelio. Además, este retablo de San Pedro es una deferencia por la antigua advocación de la capilla. Traza de características renacentistas que se considera diseño de Diego de Siloé. Esculturas de éste y de Felipe Vigarny y policromía de León Picardo, lo mismo que la terminación del de Santa Ana. A la izquierda de este retablo se halla un tríptico flamenco de la Virgen con el Niño.

El retablo de Santa Ana, en el brazo de la Epístola, es el más antiguo de los tres que decoran la capilla. Encargado a Gil de Siloé, que diseñó las trazas y realizó gran parte de la labor escultórica. La muerte de doña Mencía y la posterior del artista provocó la paralización de los trabajos de amueblamiento.  Por ello, hubo que esperar más de viente años a que Felipe Vigarny y Diego de Siloé, artífice, entre otras piezas, del Cristo muerto sostenido por ángeles del nicho central del cuerpo bajo, colaboraran en la terminación de la obra.

MARÍA MAGDALENA

A la derecha de este retablo, destaca el cuadro de María Magdalena, obra de Giovanni Pietro Rizzoli,  Giampietrino. Donado a la capilla por don Pedro Fernández de Velasco, nieto de los fundadores. En su día decoró la sacristía de la propia capilla. Rizzoli formó parte del taller del gran Leonardo da Vinci. Es más, se llegó a atribuir la autoría al propio Leonardo.

También son de reseñar los respectivos y grandiosos escudos decorativos de las familias de los Condestables. Están labrados en piedra y dispuestos de forma inclinada sobre la pared.

Por último, el recinto se cierra con una valiosa reja realizada por el burgalés Cristóbal de Andino. Insigne escultor, arquitecto y orfebre. De ella dicen unos que “tenía conocida ventaja a todas las mejores del Reino”, y otros “de muchas y buenas obras que hemos visto, ninguna puede compararse con la reja de esta puerta”.

Por todo ello, desde guías Burgos recomendamos visitar la Capilla de los Condestables. No dudes en contactar con nosotros en Guías Turísticos Burgos 

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